Tristate City: Los Verdes promueven las „ciudades inteligentes“

Fuente: De Andere Krant

Autores: Ton Verheijen, Ido Dijkstra

Traducción: FP para OVALmedia

Países Bajos, Bélgica y Alemania llevan años trabajando entre bastidores en una metrópolis inteligente en el triángulo Ámsterdam, Bruselas, Düsseldorf/Colonia llamada Tristate City (Ciudad de los Tres Estados, N.d.T.). En Renania del Norte-Westfalia están previstos nada menos que tres grandes centros de datos, según declaró a De Andere Krant Beate Schmidt-Härlen, ex concejala del Partido Verde („Bündnis 90/Die Grünen“). «Las objeciones de los ciudadanos a esos planes se pasan por alto por irrelevantes y los principales medios de comunicación guardan silencio».

Al igual que en los Países Bajos, el paisaje alemán en Renania del Norte-Westfalia, el estado que limita en gran parte con los Países Bajos, está experimentando un gran cambio paisajístico. Las antenas 5G brotan como setas, enormes campos de paneles solares y turbinas eólicas contaminan aún más el paisaje y el horizonte. Para almacenar esta energía y estos datos supuestamente «verdes» se necesitan nuevos e inmensos centros de datos, los llamados hiperescaladores. En Renania del Norte-Westfalia se está trabajando seriamente en ello, según explica a Andere Krant Beate Schmidt-Härlen, ex concejala del Partido Verde. Según ella, habrá hasta tres nuevos centros de datos, en Grevenbroich, Bedburg y Bergheim. El edificio proyectado en Grevenbroich, cerca de Düsseldorf y a media hora de la frontera, cerca de Sittard, tendrá 40 metros de altura, engullirá 23 hectáreas de naturaleza y terrenos agrícolas y necesitará 50 MW/h de energía, tanta como una ciudad de 350.000 habitantes, dicen en Utrecht.

Schmidt-Härlen, ex concejal de Grevenbroich y sin partido, sostiene que los centros de datos son necesarios para el desarrollo de Tristate City. En Alemania, la toma de decisiones es «oscura», afirma Schmidt-Härlen. Por eso fundó recientemente el grupo de acción Smart City Protest: «Hablé en una manifestación con Mona Aranea, una socióloga que había investigado los lobbies en Bruselas. Me señaló la importancia de los centros de datos para los planes en torno a Tristate City. Me invitó a unirme a un grupo en Telegram. Luego me pidieron que hiciera una presentación sobre ciudades inteligentes en un café filosófico de Aquisgrán. Así empezó el proyecto. Aumenta la gente que critica el DNI digital, los créditos sociales, las historias clínicas electrónicas y el euro digital. No nos limitamos a aceptarlo y nos oponemos a esos planes».

Según Schmidt-Härlen, la realización de la ciudad triestatal va paso a paso. Los ciudadanos a menudo ni siquiera saben qué opinar o a qué oponerse. Todo pasa por los ayuntamientos, pero éstos callan prudentemente para no perder las subvenciones de la UE. Schmidt-Härlen menciona un importe de 820 millones de euros del fondo Smart City Charta. Nada menos que 73 pequeñas y (medianas) grandes ciudades alemanas han recibido dinero desde 2019 para desarrollar estrategias de ciudades inteligentes, de Berlín a Hamburgo, de Heidelberg a Münster, de Krefeld a Grevenbroich, dice.

Ha vivido de cerca la toma de decisiones en su propio municipio, Grevenbroich, y la califica de oscura. Falta transparencia y diálogo abierto. Según Schmidt-Härlen, se pasan por alto los intereses de los ciudadanos. «Los ciudadanos ya no tienen ningún control sobre la recogida y el tratamiento de datos personales. Pero lo necesitan. Se crea un perfil único de cada individuo, un gemelo digital. En „Die Grünen“ hice preguntas al respecto. El presidente dijo que ese gemelo digital era útil para la planificación urbana. Pensé que se refería a la planología en 3D, pero me voy enterando de que se trata de controlar y manipular a los ciudadanos».

En Renania del Norte-Westfalia, Schmidt-Härlen afirma que no existen directrices para proteger la privacidad de los ciudadanos en las ciudades inteligentes. Para eso se creó Gaia-X, la iniciativa europea para la computación en nube y la protección de la privacidad. Gaia-X está completamente dominada por Palantir, una multinacional tecnológica estadounidense. ¿Qué harán con los datos? Nadie lo sabe con exactitud. Palantir desarrolla programas informáticos que predicen el comportamiento de posibles terroristas, delincuentes e inmigrantes ilegales. Schmidt-Härlen espera que los ciudadanos de a pie también se lleven la peor parte de la IA de vigilancia, lo que, según ella, conducirá a un recorte de las libertades, una mayor devaluación de la toma de decisiones democrática y un empobrecimiento del contacto humano.

Expresó esa crítica en política, pero le costó cara. Schmidt-Härlen, militante de Bündnis 90/Die Grünen de 1999 a 2022, decidió abandonar el partido en mayo del año pasado porque ya no podía seguir su rumbo político. No estaba de acuerdo con el suministro de armas a Ucrania, que el partido apoyaba. Ya había criticado los planes para el centro de datos de Grevenbroich. Se le dijo literalmente que tenía que dar su consentimiento o dejaría de ser bienvenida en el grupo. Ella dijo: «Gente, he tenido cinco minutos para ver algo sobre el centro de datos. ¿Adónde ha ido a parar la libre expresión de opiniones?».

También vivió la crisis del coronavirus de forma diferente a sus compañeros de partido: «Leí en su momento Expediente Permanente de Edward Snowden. Critiqué las medidas Covid. Luego estuve en desacuerdo con la política del partido en torno a la digitalización. En realidad había muchas cosas a qué oponerse. Las preguntas que hice sobre la „young global leader“ (patrocinada por el Foro Económico Mundial, N.d.T.) Annalena Baerbock, designada en 2021, no obtuvieron respuesta. No estaba acostumbrada a esa falta de apertura de mi partido».

Entre los políticos locales, mientras tanto, se ha formado un consenso sobre el centro de datos. Markus Schumacher, del FDP Grevenbroich (Liberaldemócratas), califica el hiperescalador como importante para el éxito de la transformación digital. Schmidt-Härlen, a través de otros canales, hace hincapié en que: «Para este proyecto se sacrificará una naturaleza valiosa y las mejores tierras agrícolas. Además, este terreno asfaltado de 30 campos de fútbol ya no dejará pasar el agua de lluvia. Son 160 millones de litros de agua al año. Tampoco ayudará al empleo. Se calcula que trabajarán allí cincuenta personas. Y un edificio tan colosal tampoco es una buena idea. No, no creo que debamos querer esto».

Tristate City: una metrópolis inteligente en los Países Bajos, Bélgica y Alemania

El holandés Peter Savelberg es el creador del proyecto Tristate City, con el que lleva cultivando desde 2013. «Tristate es un concepto en el que queremos presentar a Holanda como toda una megaciudad verde, con el objetivo de ofrecer a la comunidad empresarial un escaparate internacional para la promoción de las exportaciones», explica Savelberg en YouTube, entre otras fuentes. Esta metrópolis inteligente debería convertirse en el equivalente europeo de Shanghai, la ciudad china de 25 millones de habitantes. En el triángulo Ámsterdam, Bruselas, Düsseldorf/Colonia, la red de ciudades triestatales debería crecer orgánicamente, según explica Savelberg con frecuencia en revistas especializadas y en YouTube. «En 2025, el 70% de la población mundial vivirá en grandes ciudades. En esta batalla de las ciudades, queremos situar a los Países Bajos con mucha más fuerza en el mapa, como gran metrópolis verde de 30 millones de habitantes y en conexión con nuestras regiones vecinas Flandes y Renania del Norte-Westfalia. Internacionalmente, como empresa es mejor decir ‘tengo mi sede en una ciudad de 30 millones de habitantes’, en vez de ‘estoy en Emmen, Bergen op Zoom o Soest'», explica. Poderosas organizaciones como la patronal VNO-NCW, el paraguas de la IVBN Institucional, la inmobiliaria CBRE Group, bancos como Rabobank, la consultora e ingeniería Arcadis y universidades han respaldado el plan, aunque todo se ha hecho en la trastienda. «Tampoco vamos a esperar a que los administradores provinciales, alcaldes y concejales estén de acuerdo con esto, porque entonces seguiremos esperando dentro de 20 años», dijo Savelberg, que se ha mantenido notablemente callado desde que el plan fue ampliamente criticado el año pasado.

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